viernes, 11 de febrero de 2011

El pacifismo es una opción ética y política. (Marchas a Rota y Morón 2010)


Escribo esta carta para pedirle su participación en las Marchas por la Paz a Rota y a Morón que tendrán lugar los días 7 y 28 de noviembre próximo, respectivamente. Las bases militares de Rota, Morón y Gibraltar tienen capacidad atómica y están implicadas en mortíferas guerras como las de Irak y Afganistán. Estas bases son, sencillamente, fábricas de muerte.

También son empleadas por las Fuerzas Armadas españolas, las cuales -y sin tener en cuenta la opinión contraria de la mayoría de la ciudadanía- se han involucrado por su cuenta en las guerras que Estados Unidos lidera en Oriente Medio.

El pacifismo es una opción ética y política de igual urgencia que la necesidad de actuar frente al cambio climático, un desastre medioambiental que la sociedad capitalista está generando con la suicida fórmula de "producción + consumo = crecimiento económico indefinido". Son los intereses económicos petrolíferos de las potencias ricas las que están asolando Oriente Medio. La Paz no es un bonito sentimiento de ilusos, un sueño amable; la Paz es un trabajo ético y político que nos debe salir desde lo más hondo del corazón y de la conciencia... ¿o dejaremos a nuestros hijos un mundo -como el presente- plagado de armas atómicas, químicas y biológicas?. No debemos callar cuando las democracias occidentales que dicen defender los Derechos Humanos se dedican a amenazar -y a emplear de hecho- su inmenso poderío militar contra otros países. No debemos mirar hacia otro lado y permitir inmensos gastos militares por parte de Estados Unidos (800.000 millones de dólares anuales) y la Unión Europea mientras medio planeta grita de hambre y desesperación. ¿De qué otra forma calificar las guerras y los ingentes recursos económicos empleados para matar si no es como disfraz de legalidad, dudoso "derecho de guerra", interesadas "intervenciones humanitarias"...?. ¿Tampoco diremos nada cuando otras potencias nucleares nos apunten –lo hacen ya con toda probabilidad– con sus misiles atómicos para, llegado el caso, destruir estas bases y todo lo que las rodea?.

Gandhi decía: "casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga". Por eso no podemos cerrar ni nuestros ojos ni nuestros corazones a los problemas del militarismo y las guerras, sobre todo cuando es desde Andalucía de donde salen tantos barcos y aviones cargados de puro horror. Creer que no podemos arreglar nada no solamente es incierto, sino que ayuda a que todo siga igual. Juntos y juntas podemos lograr que cambien las cosas por difíciles que parezcan. La Paz es un derecho de las personas y de los pueblos; no puede ser violado impunemente.

Frente a tanto belicismo que brota de las raíces violentas de un sistema en verdad nada democrático, el pacifismo es una opción ética y política urgente. Los grandes partidos parecen haber olvidado completamente el derecho a la Paz, ocupados como están en justificarse ante la población por las medidas antisociales (como la reforma laboral) que están tomando. Pero nosotros no olvidamos que el presupuesto militar español (18.000 millones de euros en 2010) no decrece y que la Fiesta Nacional (12 de octubre) se celebra cada año -desafortunadamente- con una aparatosa y triste exhibición del poder militar del estado. ¿En verdad es compatible todo esto con una verdadera promoción de los Derechos Humanos, de la Solidaridad, de la Paz, de la Justicia?. 

El pacifismo es una opción ética y política que no tiene nada que ver con un sentimiento difuso por la Paz. Al contrario, la Paz requiere un compromiso personal consciente, concreto y decidido. Es verdad que la Paz ha de nacer del corazón, de un hondo sentimiento de fraternidad y sentido ético de la vida digna de todos los hombres y mujeres; pero, a la vez, este impulso por la vida y la solidaridad ha de adquirir sentido concretándolo en acciones social y políticamente significativas. Por eso le animo a que participe activamente en las Marchas por la Paz a Rota (7 de nov.) y Morón (28 de nov.). 

Aunque yo no soy católico, cito aquí unas sabias palabras de Juan XXIII, de su encíclica Pacem in terris (1963): “Así pues, la justicia, la recta razón y el sentido de la dignidad humana exigen urgentemente que cese ya la carrera de armamentos… que las armas nucleares queden proscritas; que, por fin, todos convengan en un pacto de desarme…”; de estos temas, del desarme, las bases militares, la carrera de armamentos, etc., vamos a tratar en las Jornadas Internacionales tituladas “Desobedeciendo a la OTAN” que la Red Antimilitarista y Noviolenta de Andalucía hemos preparado para el día 6 de noviembre en un instituto de Rota. No hablaremos de la Paz en abstracto, sino básicamente de cómo construirla desde la ética y la política. 
 
El espíritu de Andalucía, nuestro talante más genuino, es hondamente pacífico, solidario y de celebración de la vida, y de ahí que estas marchas por la Paz no sean un acto cualquiera, sino acciones que tienen un altísimo valor simbólico y que forman parte de un proyecto ético y político a favor de los Derechos Humanos. Participe. Disolvamos la OTAN. Digamos no a la guerra. Andalucía por la Paz.

(noviembre 2010)